Cuando, ya consagrado como cineasta y con presupuestos mayores de los que habría podido soñar, se dedicó a dibujar con su particular estilo los planos de lo que acabarían siendo los fotogramas de películas inmensas como "Kagemusha" o "Ran".
Otto volvió a ver ambas obras maestras hace poco y cayó en la cuenta de lo ultra-pictórico de los planos y las secuencias. Buscó y -es lo que tiene buscar- encontró. Hay libro al respecto, aquí. Y aquí hay varios magistrales ejemplos:
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