"Y como un peregrino leproso escapando de alguna nueva oleada de peste mortífera huyó a la ciudad más gris de Francia en busca de cobijo. Shelter from the storm. Y encontró calles anchas y arcos triunfales, avenidas infinitas, piernas turgentes y acentos sublimes. Comment ça va? Ça va bien, trés bien. Bebió, descansó, y volvió a beber por los grandes bulevares. Y tropezó y admiró el adoquín y el lodo bien de cerca. Y se atrevió a hablar, a entablar conversación, y corrió y persiguió y fue perseguido también. Liberté, egalité. Y notó las diferencias cada vez más devastadoras entre su país y aquél. Tous les garçons et les filles. Y la educación y los modales. Y la ausencia de tanta tontería innecesaria. Y el olor, casi nulo, de sus pasajes y esquinas, tan diferentes de los su propia -y ya abandonada- ciudad natal. Ah, las gárgolas y las nubes que los vigilan, los puentes franqueables y los infranqueables, las flores por doquier, Fraternité. J´aime les filles".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario