Hablamos de él hace dos años, cuando comenzó este blog.
Este fotógrafo checo, amigo de las piernas bonitas, los ligueros y las rodillas murió el 12 de abril y yo ni me enteré.
Miroslav Tichý recolectaba basuras, vivía como un vagabundo y la mugre aumentaba minuto a minuto en su domicilio de Kyjov (República Checa). Un fotógrafo outsider que fabricaba sus propias cámaras con desechos y vivía en la absoluta marginalidad a pesar de haber expuesto en el Pompidou o el International Center of Photography de New York o en la Ivory Press de Madrid.
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