Cierto es que Terrence Malick se deja ver poco. Apareció en el último festival de Cannes para presentar "The Tree of Life", y punto. Él escribe, filma, es feliz y nos hace felices.
Otto es muy fan de todas sus películas, exceptuando un poquito "The Red Thin Line", que le pareció un tanto endiosada en su momento y excesivamente explicativa por su insistente voz en of. No, no debatiremos eso aquí, para eso están los bares, coño.
A lo que iba: "The Tree of Life" es su última gran creación, vaya si lo es.
Leo por ahí que la revista Cahiers du Cinema consiguió sacarle en una entrevista en profundidad que la película tenía originalmente 8 horas de filmación sin editar. 8 horas que pasaron luego a 6 y luego a las 3 finales que muy probablemente veamos en las salas de cine. Estamos hablando de 600.000 metros de película, alrededor de medio kilómetro de cinta. Yeah. Y, claro, entonces salen los críticos del cine de Malick y dicen que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Como Tolstoi o como Proust, salvando las distancias, los géneros, los registros y el propio lenguaje, Malick necesita de esos Km de film para poder explayarse en su historia. Y punto.
Estamos hablando de un director que ha hecho 5 películas en 37 años, así que poca broma. Mucho tiempo para pensar, escribir, planear, rodar y editar. Mucho mucho tiempo para hacer las cosas bien, las cosas como ya no se hacen a día de hoy ni creo que se hagan jamás.
¿Un cine pesado? ¿Exageradamente pausado, poético? Al carajo.
Otto se pregunta: ¿deberían haber más Terrence Malick en el mundo?
Fincher y Nolan dicen la suya aquí:
No hay comentarios:
Publicar un comentario