La extrema cercanía del mar me provoca sentimientos extraños.
Muchas veces lo miro y admiro con ganas de salir a navegar, como si supiera o pudiera.
Otras me invita a sumergirme en él, esperando poder llegar al horizonte con el poco aire que cabe en mis pulmones. En ocasiones pienso que es como "Solaris", y el mar no es un líquido sino un estado mental, una entelequia que se mece a voluntad de los que la observan.
Hoy he pensado que podría mecerme mientras me paseo por él, sin mojarme, sin hundirme, sólo balanceándome entre sus fauces y olas, sus rizos, sus mareas...
Me gusta tu visión del mar, Otto, tus muchas veces, tus otras, tus en ocasiones y today...
ResponderEliminarEs curioso el mar, ¿verdad, Leo? Un saludo.
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