Parece mentira que a día de hoy se siga viendo lo que se ve. Personas postrándose ante otras personas, pleitesía llevada al extremo, alfombras rojas, todos firmes y la casa por barrer. ¿Cómo puede haberse mantenido una costumbre tan medieval como el servilismo y el control de las masas de tal manera? Siguen llegando delegaciones de otros países y se les sigue uno arrodillando, se les besa la mano y se les lanza flores al paso. No puedo entenderlo. Yo creo que el mundo no anda tan mal como para necesitar perpetuar ese espejismo de poder, porque no es más que un espejismo, eso es bastante evidente. Pero quizá el mundo sí está tan mal, y entonces soy yo el que no entiende nada. Si tu jefe tiene un jefe que a su vez tiene un jefe y además está por debajo de otro jefe, y ese jefe que está por encima de todos los jefes un día va y se presenta en tu casa, pues le atiendes y punto. Pero nada más. NADA MÁS.
viernes, 12 de noviembre de 2010
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