domingo, 13 de marzo de 2011

Aquí había un...


Harto estoy de parecer un viejo de novela barata que pasea por su ciudad con personas más jóvenes que él señalando lugares, edificios y tiendas que una vez fueron algo que ya no son.
La tienda de cómics donde cada sábado tenía cita matinal, un carrusel de caballitos y unas atracciones en aquella plaza, un bar donde tomaba Trinaranjus en aquella calle, un parque y unos restaurantes que no, que no existen ya.
Mi frase recurrente desde hace poco tiempo es: "Aquí había un..."
¿Qué me pasará con treinta años más? Si la ciudad cambia tanto, me pondré realmente pesado.
He pensado en recopilar fotos antiguas de las localizaciones desaparecidas y contrastarlas con las actuales, montar una exposición y titularla "Memoria de mis putas calles tristes" o algo así. Si es que todo es nostalgia. Innecesaria y pegajosa, atrayente y repelente at the same time.
Lo bueno es que a mi me encantan los cambios, pero es que lo de Barcelona no tiene nombre. ¿Quedará en menos de un año algún lugar que pueda reconocer?
Un espacio que esté igualito en el sitio donde lo recuerdo yo, que consiga hacerme sentir bien en algo parecido a "mi ciudad"? Una confirmación de cierto pasado, ciertas raíces, algo a lo que asirme para decir "yo crecí aquí".
O me cambio de ciudad o dejo ya de pasear.

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