No, no es una batalla contra el libro electrónico (muy posiblemente Otto acabe teniendo uno y combinándolo con los libros habituales). No, sólo estoy riéndome un poco, que ya toca cuando de tecnología se habla. El pasado domingo decía un gran periodista del New Yorker algo así como que daba igual si el soporte para leer literatura era electrónico o no: "Prefiero que hablemos largo y tendido de Anna Karenina que del cacharro que le sirva para leerlo". Bravo. Y ahora la broma: en la primera exposición en solitario de la artista Airan Kang, titulada "Light Reading", toma la idea del Kindle (dispositivo de lectura electrónico) y la lleva a otro nivel recreando libros clásicos (de papel)y dándoles luz real, iluminándolos. ¿Qué usa Kang? Pues luces led, neones, diodos de luz de varios colores, y convierte los libros de toda la vida en objetos clónicos, en libros lumínicos, aparatos kitsch a más no poder. ¿Ironía? Airan Kang lleva diez años usando estas técnicas para iluminar eventos relacionados con la cultura. Lo ha hecho en librerías, en bibliotecas y en salas de lectura, y Otto tiene que decir que está encantado con ello. El libro como fuente natural de luz. Maravilloso. "Light Reading" continúa la exploración de su “Digital Book Project”, usando libros que son réplicas de los originales que ella encuentra en librerías de viejo y librerías modernas que siempre frecuentó. Bravo de nuevo.
Airan Kang from Jun Lee on Vimeo.
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