martes, 3 de marzo de 2009

Las caras de Wyndham Lewis

Diablos, este tipo era especial.

Nacido el 18 de noviembre de 1882 en Nueva Escocia, Windham Lewis pronto se dio cuenta que lo suyo era “otra cosa”. De Canadá a Inglaterra y de ahí a las grandes capitales europeas, el amigo Lewis aprende a pintar. A pintar muy bien. Entra de lleno en los movimientos cubistas y futuristas. Conoce a escritores como Ezra Pound, T.S. Eliot y James Joyce. Luego se une al grupo de intelectuales de Bloomsbury. Luego los abandona declarando “el esnobismo no va conmigo”. Luego es llamado a filas y se convierte en segundo teniente de artilleros del frente occidental (a Otto le encantan estas destinaciones). Luego lee a Nietzsche y entonces dice “hasta aquí hemos llegado”. Se erige a sí mismo cual Zaratustra de la montaña, el mundo a sus pies, el arte por encima de todo. Funda el Rebel Art Center del que surgirá el movimiento vorticista, una evolución de cubismo y futurismo que rehuye de la glorificación romántica de las máquinas y pretende congelar la fuerza de la energía de éstas, no describirla. Luego funda revistas de arte -Blast, The Tyro- que no pasan de los tres números. Individualista extremo, Lewis se acerca a grupos extremistas, fascistas, y afirma cosas como que “el marxismo es una mascarada”. Se junta con tipos como Spengler y se mete públicamente con tipos como D. H. Lawrence. Luego (1931) escribe el ensayo “Hitler”, donde ensalza la figura del futuro dictador. Luego (1939) escribe “The Hitler Cult”, donde, visto lo visto, abjura firmemente de sus opiniones. Afortunadamente para todos, en 1939 se marcha a USA a dar clases. Allí encuentra enseguida a artistas a quien odiar. La pintura abstracta que está llegando, con Pollock a la cabeza, le indigna. Vuelve a Inglaterra en 1945 y se queda ciego en 1951, pero sigue escribiendo. Y luego muere en 1957.

Lewis estaba cabreado con el mundo, indignado por el pobre papel del arte en la sociedad, indignado por el papel del hombre en general. Lewis era un gruñón de cojones. 

Lewis tenía esta cara:

pero se retrataba así:

y así:



2 comentarios:

  1. Uno de los grandísimos genios frikis del siglo xx, y probablemente el mayor tocanarices del panorama artístico de las primeras vanguardias. Enhorabuena por el artículo.

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  2. aún tengo a esta rara avis del arte en la retina. le vi hace unos días en la fundación juan march de madrid. me quedo con el retrato de joyce, la cabeza del artista antes de pintar y algunas otras obras cuyo nombre no recuerdo, que por supuesto, me he llevado a mi manera. ecléctico y por supuesto, vanguard-ista y claro, el vorticismo es él

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