- La edición francesa (en Gallimard) de L'instant de ma mort, de Blanchot, que acabo de releer. Por su brevedad y contundencia. Me gustan los libros que pueden leerse «en un rato». Es lo que «necesito» muchas veces. Llegas a casa, o sales de viaje, y quieres un libro que contenga todo el mundo, todo, en menos de una hora.
- Una fotografía de Javier Codesal que hemos producido en nuestra galería cacereña Casa Sin Fin. El papel es Hahnemühle Photo Rag Bright White de 310 gramos, 100% algodón. La copia es digital, con tintas cromogénicas, que duran al menos cien años. El tamaño de la copia es de 21 x 29,7 cm. La tirada es de quince copias (Javier suele tirar sólo tres o cinco, como muchos otros artistas actuales) para que el precio sea más «asequible» de lo habitual y algunos amigos coleccionistas puedan hacerse con una serie interesante de piezas en pocos años y con una inversión nada elevada. Ah, el marco está pintado a mano, y no lleva cristal.
- Música del desierto, el libro de poemas (en Lumen) de William Carlos Williams. Uno de mis poetas favoritos desde la adolescencia. En la última (y de nuevo creo que fallida, algo demasiado habitual últimamente) película de Woody Allen, uno de los personajes recita en un parque uno de los más hermosos poemas de Williams, dedicado a una carretilla roja.
- Que aquí y allá, entre amigos o desconocidos, se esté volviendo a hablar de política. Digo de política en su sentido primero y más necesario y, por qué no, «utilitario». Y todo se lo debemos a la discusión (debate, dicen ahora) que hubo en las últimas semanas sobre la necesidad o no de la huelga general.
- Dos exposiciones que vi hace nada en Madrid: la de Feldman en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y la de Billingham en La Fábrica. Muy distintas, no cabe duda. Pero para pensar y repensar.
viernes, 8 de octubre de 2010
Eñe
Leo en la revista Eñe las 5 cosas que el grandioso Julián Rodríguez está disfrutando nowadays:
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