Buscando unos guantes de boxeo he encontrado una caja con las 30 cintas de casette que no tiraré jamás, aquéllas que guardé después de todas las mudanzas. Aquéllas que no escucharé jamás si no recupero mi antiguo walkman, claro.
Entonces he recordado aquellos maravillosos años de rebobinar con bolígrafo, calcular el tiempo de cada canción según la cantidad de cinta que quedaba a la izquierda/derecha de la bobina, empalmar cintas, romperles la lengüeta para que no se pudieran borrar accidentalmente, toda esa "cultura" alrededor del casette, de la cinta, de la mecánica de la misma. Lo del arte de escribir y dibujar y listar las canciones en el papel del casette ya es otro cantar, pura magia.
Entonces he recordado aquellos maravillosos años de rebobinar con bolígrafo, calcular el tiempo de cada canción según la cantidad de cinta que quedaba a la izquierda/derecha de la bobina, empalmar cintas, romperles la lengüeta para que no se pudieran borrar accidentalmente, toda esa "cultura" alrededor del casette, de la cinta, de la mecánica de la misma. Lo del arte de escribir y dibujar y listar las canciones en el papel del casette ya es otro cantar, pura magia.
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Mis favoritas eran las de cromo, que podían recoger mejor mis caprichos del ecualizador, y siempre (o casi) eran Sony o Maxell.
ResponderEliminarTenía una libreta donde apuntaba los intérpretes y títulos de las canciones de los recopilatorios que grababa y también a la persona a la que le grababa la cinta... Rob Fleming lo describe perfectamente en "Alta Fidelidad"...
También esas cintas me han acompañado en todas mis mudanzas y ya que no tengo walkman, uno de mis entretenimientos es buscar aquellas canciones en la red y hacer las compilaciones en formato digital.
Saludos!!
Las cintas de cromo eran grandes. Recuerdo las de la marca PDM, juas juas...
ResponderEliminarMe gusta tu idea de regrabar los temas de las cintas a digital...tomo nota.
Un saludo, (Simon) Le Bon.