jueves, 28 de enero de 2010

Smoke gets in your (my) eyes


En esto que uno decide levantarse sin despertador, relajado, y encaminarse hacia la oficina intentando evitar a los fumadores, al humo en general. La mañana era fresca y soleada y no quería oler a tabaco, algo cada vez más difícil de lograr en este país, incluso sin entrar en bares, tan solo caminando por las calles. Evita a este tipo, esquiva a este otro, finta a una jovenzuela, dribla a una jubilada, revés por aquí, amago por allá, limpito de humo de tabaco y silbando al pasear. Se acerca el PERO del post...

…pero a quince metros de la puerta de la oficina me cruzo con alguien que no me cae bien. Finjo no haberlo visto (hoy llevaba gafas de sol y eso siempre ayuda a hacerse el sueco) y sigo silbando, PERO el maldito roedor parece ser que tenía tiempo libre y ganas de comentar la jugada (¿qué jugada, tío? ¡no tenemos nada en común!) y va y me para.
Wow, qué divertido, y está FUMANDO. Y me echa el humo a la cara. Y no se quita las gafas de sol mientras me suelta chorradas. Y yo no me las quito tampoco (aunque siempre lo hago cuando me encuentro a alguien, tampoco sé bien por qué) y quiero salir de allí y que desaparezca el humo de mi cara, mi abrigo, mi jersey, mi día.
PERO, y este es el PERO GORDO, no se vayan todavía, que aún hay más:
Otto tiene gestos y tics defensivos que sólo él conoce. Otto suele hacer ver que bosteza (es una técnica que ha costado años perfeccionarla) cuando está aburrido. No es la idea más brillante del siglo, pero funciona. Y si el interlocutor es avispado, pues mejor.
Pero, y este es ya el PERO MÁS GORDO DE ESTE ESTÚPIDO POST, en el preciso momento en que Otto levanta los brazos para falsear el bostezo y el maldito aburrimiento de la no-conversación, el interlocutor -en un gesto mongólico- levanta su mano y consigue quemarle un dedo con el maldito cigarro. NOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!

  • Nota 1: ¿habrá comenzado mal el día de Otto para acabar bien?
  • Nota 2: ¿habrá comenzado mal el día de Otto para acabar peor?
  • Nota 3: ¿habrá cogido Otto el cigarro del interlocutor mongólico y lo habrá apagado en su córnea?
  • Nota 4: ¿oler a tabaco y a pollo frito (así olía mi dedo minutos después de quemármelo) al entrar a la oficina es lo más asqueroso que le ha ocurrido hoy a Otto?
  • Nota 5: ¿por qué desahogarse 12 horas después en este blog?
Dios, mándame una señal. O haz que lluevan cigarros encendidos sobre la cabeza del interlocutor mongólico de por vida. Venga, va, hazlo por mi.

2 comentarios:

  1. Recuerdo que una vez Otto intentó convencerme de que sus bostezos eran un tic inconsciente.

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  2. Cuidado, Otto bosteza mucho en general, pero como es mal actor, se nota enseguida el falso bostezo, ese que sale para evitar salir corriendo o pegar a su interlocutor. No son lo mismo.NO.

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