Barcelona, 8 de febrero de 2010
Hola Otto, soy tu primera cana. Me he instalado esta noche en tu patilla derecha, se está bien ahí. No creo que me esperaras, pero ya me tocaba salir, así es la vida. Me afeitarás, lo sé, pero volveré a salir porque es mi destino. Es como rellenar un tonel agujereado cada día, nunca es suficiente, ya sabes. Saldré, saldré y me multiplicaré sin que puedas hacer nada. ¿Cruel? Oh, no tiene nada que ver con la crueldad, es pura física. Al menos tienes el pelo rubio, y eso siempre ayuda para disimular mi presencia y de la de mis amigas. Espero que no te moleste tanto como para cortarme de cuajo ya en mi primer día.
Atentamente.
Tu primera cana.
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