El jardín de los suplicios

Otto ha comenzado "El jardín de los suplicios", de Octave Mirbeau, otra de tantas lecturas pendientes. La cosa empieza fuerte (Mirbeau no tenía pelos en la lengua) con una dedicatoria del todo cínica:

"A los sacerdotes, a los soldados, a los jueces, a los hombres que educan, dirigen,  gobiernan a los hombres, dedico estas páginas de asesinato y sangre". ¡Wow, dale caña, Octave!

Mirbeau era, digamos, un personaje comprometido con su tiempo. Se cabreó con el caso Dreyfus (ya sabéis, lo del "J´accuse" de Zola), se preocupaba de los asuntos públicos y le repugnaba la política. Muy intelectual de su tiempo (de los que conocen el sistema y no quieren tener nada que ver con él). Anticlerical declarado, antimilitarista, amante del arte (algunos dicen que él descubrió a Van Gogh), pornógrafo y escritor de novelas maravillosas. 

Mirbeau tiene frases como ésta:

"La literatura sigue todavía sollozando por dos o tres estúpidos sentimientos artificiales y convencionales, siempre los mismos, empantanada en sus errores metafísicos, embrutecida por la falsa poesía del panteísmo idiota y bárbaro. He llegado a la convicción de que no hay nada más vacío, nada más estúpido, nada más perfectamente abyecto que la literatura".

o ésta:

"Los corderos van al matadero. No se dicen nada ni esperan nada. Pero al menos no votan por el matarife que los sacrificará ni por el burgués que se los comerá. Más bestia que las bestias, más cordero que los corderos, el elector designa a su matarife y elige a su burgués. Ha hecho revoluciones para conquistar ese derecho".

Y lo que algunos contemporáneos decían de él:

Léon Tolstoi: "Octave Mirbeau est le plus grand écrivain français contemporain, et celui qui représente le mieux le génie séculaire de la France".

Émile Zola : "Le justicier qui a donné son cœur aux misérables et aux souffrants de ce monde".

Claude Monet: "Cet homme a été vraiment un découvreur en peinture. Il sentait et jugeait bien".

Mirbeau, con quien comparto nombre y algo más, merece todos mis respetos.

Aquí algunas portadas curiosas de este no poco curioso libro: