domingo, 14 de febrero de 2010

PERSONA

Hay personas que son paradigmas. Personas que se repiten, que te retrotraen a otras personas sin ser esas personas. No sé si me explico: hay personas que son como reflejos de otras personas, con patrones de comportamiento exacto a los de otras personas, personalidades espejo. No me refiero tan solo psicológicamente, también afecta al físico. Al menos así lo veo yo.
Hace poco he conocido a dos personas que tienen un tanto por ciento elevado de otras personas que he conocido. Eso me da que pensar en aquello que dicen acerca de que “nos buscamos a la gente que nos interesa y nos reconforta”. No tengo idea de si eso es así, pero resulta que suelo acabar rodeándome de un tipo concreto de personas. Lo cual está bien, pero es un trampa a la vez.
De repente conoces a alguien y tiene algo (mucho) de aquella otra persona. No sólo “te recuerda” a aquella persona, es algo más. Hay algo que hace un “clic”, y de repente parece que “lo sabes todo de esa persona” o “sabes el tipo de cosas que puede llegar a decir/pensar/hacer”. Simplemente lo sabes. A veces he llegado a creer que es la misma persona pero transmutada, metamorfoseada, mejorada (o empeorada). Con los mismos tics, incluso los mismos gestos. ¿Personas arquetipo? (juro que estuve a punto de decirle a alguien hace poco: “-Tú eres tal persona, verdad? Dices ser G pero eres Z disfrazada, no? Venga, dime que sí”).
Todd Solonz utilizaba en “Palindromes” un efectivo recurso cinematográfico que la literatura ya había usado hace siglos y que resulta pertinente para ayudarme a explicar esta entrada. Novalis lo hacía muy bien. Y Lem también. Y luego el cómic lo utilizó y hace una semana lo volví a ver en la peli “I´m not there” de Todd Haynes, sobre la vida y milagros de Bob Dylan. Diversas personas físicas representan a una sola persona, diversas personalidades prisma se reproducen en diferentes cuerpos (con todas sus multiplicidades) que son uno solo al mismo tiempo.
Algunos creen que en el fondo hay cuatro personas viviendo en la tierra (quien dice cuatro, dice cuatrocientas o cuatro mil), y que el resto son representaciones modificadas de esa pequeña cantidad de humanos arquetipos. No sé, es interesante.
Otto ha conocido a varios Otto a lo largo de su vida, sin contar los varios Otto que ha sido él mismo (y será). ¿Cuántos Otto me quedan por conocer? ¿Buscamos reflejos de nuestros Otto por el mundo para sentirnos “como en casa”?
Que alguien me lo explique.


"¿De qué me suena tu barbilla?"

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