Recuerdo cuando me recomendó, como quien no quiere la cosa, "El príncipe negro", al haber osado decir que pocas autoras me tocaban el alma. Ignoracia pura y dura, vamos. Me soltó "Esta novela te gustará". Y ahora -que buscando otra cosa me encuentro con este fragmento- es el momento.
"Acogemos las catástrofes de nuestros amigos con un placer que realmente no excluye la amistad. Ello obedece en parte, aunque no del todo, a que nos complace sentirnos calificados de auxiliadores. La catástrofe inesperada e incongruente resulta especialmente estimulante. Yo sentía gran afecto tanto por Arnold como por Rachel. Pero existe una hostilidad natural, tribal, entre las personas casadas y las solteras. No soporto las exhibiciones, a menudo instintivas, que hacen las personas casadas a fin de insinuar no sólo que son más afortunadas, sino en cierto aspecto más morales que tú. Por otra parte, y esto apoya su causa, el soltero suele suponer ingenuamente que todos los matrimonios son felices a menos que demuestren lo contrario".
"Acogemos las catástrofes de nuestros amigos con un placer que realmente no excluye la amistad. Ello obedece en parte, aunque no del todo, a que nos complace sentirnos calificados de auxiliadores. La catástrofe inesperada e incongruente resulta especialmente estimulante. Yo sentía gran afecto tanto por Arnold como por Rachel. Pero existe una hostilidad natural, tribal, entre las personas casadas y las solteras. No soporto las exhibiciones, a menudo instintivas, que hacen las personas casadas a fin de insinuar no sólo que son más afortunadas, sino en cierto aspecto más morales que tú. Por otra parte, y esto apoya su causa, el soltero suele suponer ingenuamente que todos los matrimonios son felices a menos que demuestren lo contrario".
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