En este delicioso video de St Vincent titulado “Actor out of work”, se ven bastante bien los clichés del mundo de los castings. El rollito de la cara neutra para comenzar relajados y luego pasar a mostrar emociones, las envidias entre los candidatos al codiciado papel, la falsa conversación inicial entre esos mismos aspirantes, los nervios, la soberbia, el fingimiento de emociones para provocar gestos faciales, todo eso. Aquí algunos actores lloran, fingen llorar, recrean la emoción del lloro. ¿Stanislavski? Nah, tan sólo ponerse a ello. Sin regresión ni chorradas. ¿Habéis llorado alguna vez para engañar a alguien? Otto sí, porque quiso ser actor y no funcionó. Llorar por fuera es mucho más fácil -y visible- que hacerlo por dentro. ¿A que molaría un casting de lloro interior? Pues sí, pero desde luego sería mucho menos divertido.
martes, 28 de abril de 2009
lunes, 27 de abril de 2009
Malpaso night
Lo bueno de ser un DJ no profesional es que con el rollito del Freestyle cuela todo. Y como hace mucho que Otto no se prodigaba, ya iba siendo hora de volver al ruedo con una sesión “deloquemedálagana” para amigos y despistados. El flyer lo ha diseñado el gran Follable, quien -aprovecho la promo- este año se estrena en el Sónar con sus ruiditos y demás.
Pásense, brodels, y disfruten del show sabrosón de Otto Octavius y su flequillo peleón. Y como dice un colega del alma, Otto siempre pincha “SONGS FOR GEEKS, NERDS & SERIAL KILLERS”. Pues eso.
Nota 1: Aviso desde ya que la sesión sonará algo mal. El Malpaso tiene un limitador de agudos, que es como un condensador de fluzo pero en cutre. Si llegáis antes de la una de la madrugada, escucharéis hasta Matt Bianco. Si llegáis dando tumbos después de las dos, pues Motörhead, por supuesto.
Nota 2: Cualquier parecido entre el tipo del flyer y un servidor es pura coincidencia. Cualquiera que me conociese con 14 años podrá afirmar que yo a esa edad ya gastaba bigote de verdad.
Nota 3: Sí, llevo dos entradas del blog hablando de cosas que hace Otto y sitios donde se mete. Lo siento, no volverá a repetirse.
Nota 4: Christine & Louie, it´s a pity you guys can´t come, I had 2 or 3 hits you´d really enjoy...
domingo, 26 de abril de 2009
CAOS MAGAZINE
Otto ha empezado a escribir sobre música adulta para niños, cansado ya de escribir sobre música adulta para adultos, o música infantil para adultos. Gracias a la amable invitación de B.M., esa pedazo de diseñadora, guapa como ella sola y madre de un baby encantador, Otto dice cosas sobre cómo bailar The White Stripes con tu hijo mientras cocinas papilla de frutas o qué Variación Goldberg conseguirá adormecer a tu retoño en menos que canta un gallo. Acabamos de empezar y por supuesto hay cosas que pulir, pero lo pasamos bien, que es lo que importa. Pues eso, habemus colaboración amable y divertida.
viernes, 24 de abril de 2009
En ocasiones veo actores...
Otto dice ver actores por doquier. Que si aquél tipo se parece a Viggo, que si aquella morena tiene un aire a Linda Fiorentino, que si bla bla bla… Hace unos días, Otto, después de encontrarse con tres actores por Huertas, dijo ver al mismísimo Humphrey. Y lo vio.
A la mañana siguiente Otto dijo ver a Sean Thorton por Malasaña. Y pardiez que lo vio.
Lo malo de volver a Barcelona es que no hay actores, ni gente que se parezca a ellos. Bueno, muy poca gente. J. B. insiste en que Otto se parece a Willem Dafoe, pero no. No. NO.
martes, 21 de abril de 2009
Super powers no more?
Gracias al gran P.P., que me ilumina diariamente con su clarividencia comiquera, releo a los grandes de Marvel y DC con fruición y redescubro viñetas que permanecían oxidadas en mi memoria. De hecho, P. P. me ha hecho recordar que el superhéroe favorito de un imberbe Otto fue siempre Spiderman. El Spiderman de los chascarrillos acertados, el que llevaba sobre sus hombros un pesar de drama griego, el que disparaba fotos desde localizaciones imposibles y procuraba conciliar una vida “de persona normal”, con relaciones y trabajo nine to five y esas cosas. Lo de Raimi mejor ni nombrarlo. Que le den. Para mi no captó nada, y lo siento porque admiro al director en cuestión, pero realizó una trilogía de pelis pensada para sus niños pequeños. Lo cual está muy bien, pero yo no se lo compro.
“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Eso es una sentencia y lo demás son tonterías. Lo que me lleva a Peter Parker y al talento que se le ha otorgado y la responsabilidad que supone explotarlo, ponerlo al servicio del mundo. El talento, qué cosa más extraña… Se tiene o no se tiene. Y luego está lo de sacarle provecho. En aquella peli dirigida por Robert De Niro que me puso tan nervioso, se hablaba del talento malgastado, un término que me pone de mala leche, no sé por qué. ¿Hay que usar el talento se quiera o no? ¿Hay que renunciar a ponerlo en práctica si no nos proporciona placer? Bufff... y sobre personajes de la literatura y del cine que renuncian a su poder/talento y luego -por caprichos del destino o porque les corroe algo por dentro- no tienen más bemoles que volver a ponerlo en práctica me encantará un día hacer una entrada en este blog. Porque la cosa da juego que no veas. Por veinticinco pesetas…tic…tac…tic…tac…”Una historia de violencia” (vaya, qué casualidad, basada en un buen cómic, ja!). Bueno va, cierro ya, que “mi talento” para evitar dormir es inconmensurable.
Gracias, Stan Lee, gracias, Steve Ditko, gracias, John Romita por todo, leñe. ¡Y que viva Spidey!
lunes, 20 de abril de 2009
Hace 101 años...Barcelona...mi barrio...mi infancia...
miércoles, 15 de abril de 2009
Lecturas
Otto recuerda una cena en la que, entre gentes de buen leer, propuso citar una novela que diera cierto reparo no haber leído. No, más que reparo, ilusión, porque tener un libro pendiente no puede provocar otra cosa que ilusión. Mi intención era que la gente confesase tener pendiente la lectura de una novela clásica, un autor “de los que hay que leer”, un libro que pudiera aparecer en cualquier canon de buen lector. Total, que mesa a mesa pasó el (inocente) desafío y cada uno mencionó un libro clave no leído.
Estos días releo fragmentos de “Los libros en mi vida”, de Henry Miller, donde el autor norteamericano se explaya con lo que ha leído, tanto bueno como malo, pero sobre todo con lo que le queda por leer (nota: escribió este librito con más de setenta y cinco años).
En “Los libros en mi vida”, Miller no sólo comparte con los lectores su archivo mental de lecturas sino que también se explaya con un capitulito muy divertido sobre qué debe leerse -o no- en el lavabo. Dejemos esto para otro post, y vamos a lo que Miller, como buen ejemplo de no erudito pero sí buen lector, confiesa en el prefacio:
“Uno de los resultados de este examen de conciencia -porque a eso equivale la redacción de este libro- es la confirmada creencia de que se debe leer menos y menos, y no más y más. Según se comprobará recorriendo con la mirada el Apéndice, no he leído ni remotamente tanto como el catedrático, la rata de biblioteca o siquiera el hombre -bien educado-, pero no cabe duda de que he leído un centenar de veces más de lo que debí haber leído para mi propio bien.”
Bravo. Y ahora una pequeña muestra de ese Apéndice. Entre los 100 libros que más influyeron a Miller tenemos joyas como: “Cuentos de Andersen”, “Robinson Crusoe”, “Los miserables”, “Tao Te King”, “Motín a bordo”, “Vidas paralelas”, “El satiricón”, “Gargantúa y Pantagruel” o “Los viajes de Gulliver”. No me diréis que no son clásicos.
¿Y los libros que Miller todavía pensaba leer cuando escribió ésto?
“Las amistades peligrosas”, “Tom Jones”, “La educación sentimental”, “El cuerno de oro”, “Los 120 días de Sodoma”, “La cartuja de Parma” o “Summa Theologhica”. ¿No es divertido descubrir qué no había leído Miller cuando escribió “Trópico de Cáncer” o “Sexus”?
Otto está encantado de no haber leído cientos de miles de libros, pero, aunque no dispone de una vida paralela para poder leer todos los que quiere, al menos sufre de insomnio para compensar un poquito y sentirse menos culpable con los libros pendientes.
Y ahora, va, mencionaré algunos libros que se citaron en esa mesa de “buenos lectores” en la que todos se miraban esquivamente sin atreverse a admitir una falta en su currículum lector y que a Otto le hizo tanta gracia. Para empezar, ya sin más dilación, admitiré que no, Otto no ha leído a Proust. Ni a García Márquez, ni a Bocaccio ni a Gide, entre muchos muchos otros. ¿Y qué decir de los demás que cenaban con Otto? Vaya, pues ahora no recuerdo bien, pero salieron, entre otros, nombres como Stendhal, Cervantes, Vargas Llosa, el propio Miller, Céline, Borges y Hemingway.
¿Y libros que más han influido a Otto?
Buff, otro post pendiente. Buenas noches y buena lectura.
martes, 14 de abril de 2009
If I only had a...
domingo, 12 de abril de 2009
viernes, 10 de abril de 2009
De pasiones
Pero para los muy devotos, flagelarse siempre está bien, y leer cómics de Crepax y de Magnus, leer al chalado de Maruo y disfrutar con Miguel Ángel Martín, claro. ¡Ah!, que sois de los de peregrinación, pasión y bondage...pues a bajarse el biopic de Betty Page que no se estrenó en nuestro país y que vale mucho la pena. Otto, por su parte, si irá a casa de este señor para la maratón de pelis de terror, paseará en bici bajo la lluvia, se reirá con blogs como éste y verá la esperadísima peli de Álex Proyas. Y aprenderá a conducir, que no es poco.
martes, 7 de abril de 2009
THE MONSTER INSIDE US
Por fin podemos ver el trailer de la adaptación al cine de una de las joyas indiscutibles de Maurice Sendak ¡dirigida por Spike Jonze!
¿Quién ha ayudado a Jonze en la adapaptación? Dave Eggers. ¿Qué grupo tiene el honor de aparecer en el trailer con una de sus mejores canciones?
Recuerdo que Disney ya llevó al cine esta entrañable historia hace tiempo, y más tarde, en 1973, un animador llamado Rudolf Holan hizo lo mismo con maravillosos resultados para una producción checa dirigida por Gene Deitch. Me entero que Jonze, gracias a dios, no ha desarrollado los trajes y efectos de la peli con 3D sino que ha hecho diseñar trajes reales de monstruo para que los actores los vistan y suden dentro y tal. Sí, luego viene la fase de cut&paste, pero no gran cosa. ¡Bien por eso, Sendak no podía ser destrozado por Pixar jamás de los jamases!
Por cierto, Spike Jonze, autor de vídeos musicales imprescindibles de nuestra era y director de varias pelis clave y de esta joya del género, parece que va a seguir los pasos de George Lucas y se va a poner a fabricar merchandising de su adaptación de Sendak a lo bestia. Lo veo venir. De hecho, ha empezado ya diseñando una colección de tablas de su prestigiosa marca de skateboards inspirada en la película.
domingo, 5 de abril de 2009
"It´s people, It´s people!"
Otto firmaba como Octavio B.C. cuando comenzó a reseñar discos allá por 1998. Luego su impuso Octavio B. Campos y luego otras combinaciones, siempre buscando el toque “cool” de tener un nombre a lo Edward. G. Robinson y así pretender algo. Dándole vueltas al tema, Otto advierte que muchos nombres con tales abreviaturas, accidentes misteriosos, apellidos escamoteados y tropiezos varios pertenecen casi siempre a personas que admiro por uno u otro motivo. Aquí unos cuantos (sí, linkeo el que me apetece):
J.J. Cale, L.L. Cool J., P. P. Arnold, Cecil B. DeMille, P.J. Harvey, John C. Reilly, Rufus T. Firefly, J. T. Leroy, Milo J. Krmpotic´, T. S. Elliot, William S. Borroughs, Philip K. Dick, J.D. Salinger, James M. Barrie…ufff…¿más?...Carl T. Dreyer, H. R. Giger, Hunter S. Thompson, Michael C. Hall, James L. Brooks, W.C. Fields, C.S. Lewis, J.R.R. Tolkien, D.H. Lawrence, Carlos G. Vela, Mary W. Shelley, E.M. Cioran, W. Somerset Maugham, Samuel L. Jackson, E.L . Doctorow, Mary J. Bigle, C. C. Deville, K.K. Downing, Joseph L. Mankiewicz…
Ilustro entrada con el admirado Edward G. Robinson, mi pequeñajo cabrón del cine de siempre, que por cierto palmó justo después de rodar esta gran película.
jueves, 2 de abril de 2009
Vaya par de cuentistas
Cuentista de mucho cuidado, Andersen procedía de una familia pobre: fue engendrado por un padre que tenía 22 años de profesión zapatero, y una madre de 40 años de profesión lavandera, vivían y dormían todos en una habitación de 7 metros cuadrados en la humilde ciudad de Odense, Dinamarca. A pesar de esto, y como suele pasar en casos así, nuestro querido cuentista tuvo una infancia muy feliz hasta que en 1816 murió su padre. Hans Christian abandonó entonces la escuela y se dedicó a algo muy poco práctico: leer todo lo que caía en sus manos. Algo más tarde decidió buscar su talento y empezó a educar su voz para ser cantante de ópera. Pero no le salió bien. Luego quiso ser actor de teatro. Tampoco. Se hizo amigo de grandes empresarios de espectáculos y hasta del rey de Dinamarca, quien lo apreciaba mucho y lo apoyó en todo lo que pudo. Excéntrico, vivaracho, medio alcohólico y con una imaginación fuera de toda comparación, Andersen apañó unos estudios superiores en la Universidad de Copenhagen y se dedicó a viajar y escribir a lo grande.
No hablaremos aquí de sus éxitos literarios ni su enorme influencia en la narratología posterior. Me gustaría comentar que una vez (junio de1847) coincidió con el otro gran cuentista pobre de su época durante un viaje a Inglaterra, que alguien debería escribir algo sobre ese encuentro de titanes y que alguien más podría inventarse un hipotético diálogo sobre el mismo. Probemos:
-Hans: “Oye, Charles, ¿tú crees que eres mejor escritor por haber tenido una infancia chunga de cojones?”
-Charles: “Hombre, Hans, no tiene nada que ver, pero desde luego, en cuestiones de dramas y traumas infantiles yo te gano de calle”.
-Hans: “¿Tú crees? Yo me cosía mi propia ropa con 5 años, mi padre mendigaba bajo un puente cuando no teníamos qué llevarnos a la boca y luego va y me da por empinar el codo con 14 años y escribir “El traje nuevo del emperador”. Supera eso”.
-Charles: “Bueno, pues sin ir más lejos, yo no recibí ninguna educación hasta los 9 años, y luego me fui a vivir al infecto Camden Town, y mi padre tenía tantas deudas que fue encarcelado en una prisión de 4 metros cuadrados. Pero lo mejor -sujétate, Hans- es que como no teníamos dinero para mantener la casa, nos trasladamos a vivir con él a su celda. ¿Qué me dices?”
-Hans: “Bueno, pero luego saliste a currar y sólo ibas a visitar a la familia en domingos, que me enterao…”
-Charles: “¡Claro, pero fue porque me metí a currar en una fábrica de betunes para calzado a seis chelines semanales! ¡Y luego escribí “David Copperfield”, chaval!”
-Hans: “¿Y también te dio por la interpretación, verdad? Pero te pilló gripe el día del casting principal y fin de la historia, ¿no?”
-Charles: “Sí, qué mala pata la mía. Pero así pude escribir “Oliver Twist”, fíjate tú. Bueno, pero no hablemos más de desgracias…¿qué tienes en mente, Hans, para esta etapa final de tu vida?”
-Hans: “No sé, quizá caerme de la cama, fracturarme catorce huesos y quedarme jodido hasta el fin de mis días. Así escribiré más y mejor, jajaja. ¿Y tú?”
-Charles: “Mmm. Quizá me salve de un choque ferroviario mortal en el puente de Staplehurst y me ponga a curar a todos los moribundos durante horas, me pille una apoplejía y me divorcie de mi esposa, mantenga relaciones con mi cuñada y la palme sin nadie a mi lado. ¿Qué te parece, Hans?”
-Hans: “¡Eres mi ídolo, Charles, qué tipo!”
-Charles: “Sí, la verdad es que soy un salao”.