Otto ha soñado con pájaros. No, ha soñado que pisoteaba a un pájaro negro delante de la puerta de casa. Luego se ha levantado a beber agua y ha escuchado el asqueroso gorjeo de una paloma. Luego ha vuelto a la cama y ha vuelto a soñar, esta vez sí, con pájaros en plural. Volando a toda velocidad, aleteando como si les fuera la vida en ello. Y Otto corría como alma que lleva el diablo.
Unas tostadas con Nutella han arreglado la mañana. Sí, hoy estoy muy poético.
viernes, 11 de diciembre de 2009
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