Kristian Matsson es el hombre más alto del mundo.
Sueco de 27 años, delgaducho, pelo oscuro y bigote de mosquetero. Su fórmula es la más vieja, y por ello la más efectiva: guitarra, voz y bonitas canciones, combinación simple de resultados brillantes. “The Wild Hunt” es su segundo y recién editado disco. Diez cortes elegantes, transparentes, media hora de dulce escucha. Su voz recuerda al Dylan de los primeros años sesenta (él no lo oculta, claro) y también a los Two Gallants, esa gran banda de San Francisco que todo el mundo debería adorar. Su rasgueo es más Nick Drake, pero bien. Me entero que el sueco ha girado por los States con John Vanderslice y Bon Iver, muy en su linea folkie depre, ahora taan de moda. Bien por ello.
¿Canciones a destacar? “The Wild Hunt” es preciosa, un comienzo redondo que anticipa un álbum interesante. “Troubles Will Be Gone” tiene como una letra de Damien Jurado (¿el mejor looser-folk-singer del mundo?), con redención y momento de lamerse heridas bonito de verdad. Me salto algunas para que cada uno las descubra. Luego viene el cánon español de turno. Aunque a muchos les ha hecho mucha gracia “King Of Spain”, a mi me da la risa cuando vuelvo a escuchar los topicazos de la sangria, el flamenco y esos lugares comunes de nuestro folklore. Me ha recordado a Josh Rouse y casi me da un pasmo (qué decepción el de Nashville desde que recaló en Levante, pardiez: qué caída en picado). Pero cuidado, la canción es buena, una lástima la letra. “Love Is All”, con acordes y arpegios preciosos, remite a las voces nasales (Dylan de nuevo, sí) de aquellos cantautores inocentes de Greenwich Village de los primeros sesenta, con poca experiencia en las tables pero muchas ganas, pasión e inocencia a raudales.
“Kids On The Run” es el momento balada, con piano un poco aporreado pero voz admirable y letra toca-fibra. Un broche perfecto para un disco así de elegante. Me gustaría verlo en directo con banda, como cuando Josh Ritter lleva acompañamiento, pero se me ha escapado ya todas las veces que ha venido por aquí. Next time.
¿Canciones a destacar? “The Wild Hunt” es preciosa, un comienzo redondo que anticipa un álbum interesante. “Troubles Will Be Gone” tiene como una letra de Damien Jurado (¿el mejor looser-folk-singer del mundo?), con redención y momento de lamerse heridas bonito de verdad. Me salto algunas para que cada uno las descubra. Luego viene el cánon español de turno. Aunque a muchos les ha hecho mucha gracia “King Of Spain”, a mi me da la risa cuando vuelvo a escuchar los topicazos de la sangria, el flamenco y esos lugares comunes de nuestro folklore. Me ha recordado a Josh Rouse y casi me da un pasmo (qué decepción el de Nashville desde que recaló en Levante, pardiez: qué caída en picado). Pero cuidado, la canción es buena, una lástima la letra. “Love Is All”, con acordes y arpegios preciosos, remite a las voces nasales (Dylan de nuevo, sí) de aquellos cantautores inocentes de Greenwich Village de los primeros sesenta, con poca experiencia en las tables pero muchas ganas, pasión e inocencia a raudales.
“Kids On The Run” es el momento balada, con piano un poco aporreado pero voz admirable y letra toca-fibra. Un broche perfecto para un disco así de elegante. Me gustaría verlo en directo con banda, como cuando Josh Ritter lleva acompañamiento, pero se me ha escapado ya todas las veces que ha venido por aquí. Next time.
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