En los últimos 5 años debo haber hecho unas 10 limpiezas importantes en casa. Muebles inútiles, objetos sin sentido, regalos horribles y cosas varias que ya no necesitaba. Entre ellas, por supuesto, había libros. Y cd´s, discos, dvd´s y vhs. Una vez vaciado todo, me prometí una cosa: cada vez que entrasen más libros, cedés y deuvedés en casa, debía salir la misma cantidad de producto en un brevísimo espacio de tiempo. Si entraban 3 cd´s tal día, debía librarme de 3 días después; lo mismo con los libros y el resto de producto cultural.
La verdad es que lo he cumplido bastante a rajatabla, y ahora puedo decir que todo lo que tengo en casa es fruto de varias selecciones muy bien estudiadas. Nada sobra, aunque algo falta. Y cuando entre en casa eso que falta, ya buscaré algo que sobre. Porque sí, siempre sobra algo, no nos vamos a engañar. Es una cuestión de soltar lastre, de discernir entre cosas necesarias y cosas accesorias. La nostalgia a la basura.
A propósito del tema de los libros en casa, hace poco hablé con G.P. y Charlie sobre el tema de los e-readers y demás. Y vuelvo a reafirmarme. El hecho de que en un futuro -próximo o lejano- todos acabemos teniendo lectores electrónicos y los usemos a diario, no va a conseguir que me desentienda de los libros físicos. NO. NO. NO. Puede que compre menos, puede incluso que tire algunos más (eso seguro), pero en mi casa siempre habrá libros. No es una cuestión de sustitución o aniquilación. Es una cuestión de convivencia. Bueno, sí, y un poco de nostalgia también, vale…
Dios, parezco un dinosaurio viendo venir la glaciación…
Nota 1: si alguien entra en mi casa en ese futuro en el que todos llevaremos e-readers conectados a la córnea, microprocesadores injertados bajo la lengua y webcams en la nuca y no ve ningún volumen a la vista (o ninguna estantería), tiene permiso para desenchufarme. ¡Adelante, házlo, unplugg me!
Nota 2: si me convierto en bombero a servicio del Estado, y me veis quemando libros por las casas de mis antiguos amigos, por favor, desconectadme también. Y antes pegadme fuerte.
Nota 3: y ahora, ya puestos a fantasear: ¿qué libro os aprenderíais si ocurriera lo que ocurre en esa peli? ¿qué libro guardaríais en vuestra memoria hasta el fin de los días, para salvaguardar la memoria literaria de toda nuestra historia?
Otra lista para este blog.
La verdad es que lo he cumplido bastante a rajatabla, y ahora puedo decir que todo lo que tengo en casa es fruto de varias selecciones muy bien estudiadas. Nada sobra, aunque algo falta. Y cuando entre en casa eso que falta, ya buscaré algo que sobre. Porque sí, siempre sobra algo, no nos vamos a engañar. Es una cuestión de soltar lastre, de discernir entre cosas necesarias y cosas accesorias. La nostalgia a la basura.
A propósito del tema de los libros en casa, hace poco hablé con G.P. y Charlie sobre el tema de los e-readers y demás. Y vuelvo a reafirmarme. El hecho de que en un futuro -próximo o lejano- todos acabemos teniendo lectores electrónicos y los usemos a diario, no va a conseguir que me desentienda de los libros físicos. NO. NO. NO. Puede que compre menos, puede incluso que tire algunos más (eso seguro), pero en mi casa siempre habrá libros. No es una cuestión de sustitución o aniquilación. Es una cuestión de convivencia. Bueno, sí, y un poco de nostalgia también, vale…
Dios, parezco un dinosaurio viendo venir la glaciación…
Nota 1: si alguien entra en mi casa en ese futuro en el que todos llevaremos e-readers conectados a la córnea, microprocesadores injertados bajo la lengua y webcams en la nuca y no ve ningún volumen a la vista (o ninguna estantería), tiene permiso para desenchufarme. ¡Adelante, házlo, unplugg me!
Nota 2: si me convierto en bombero a servicio del Estado, y me veis quemando libros por las casas de mis antiguos amigos, por favor, desconectadme también. Y antes pegadme fuerte.
Nota 3: y ahora, ya puestos a fantasear: ¿qué libro os aprenderíais si ocurriera lo que ocurre en esa peli? ¿qué libro guardaríais en vuestra memoria hasta el fin de los días, para salvaguardar la memoria literaria de toda nuestra historia?
Otra lista para este blog.
1- soy incapaz de tirar un libro..
ResponderEliminarme cuesta mucho hacer limpiezas... pero reconozco que van muy bien,...
2-y..eso iba adecir yo!
¿qué pasaría si hay un apagón?...y todos los libros son virtuales?
¿donde quedaría la sabiduría acumulada?...
No.NO.NO.no.No!
3- creo que me aprendería "Las ciudades invisibles" de Italo Calvino...pero no se ...son tantos..:P)
Exacto, los apagones nos dejarían sin legado, una vergüenza.
ResponderEliminar¡Bien por Calvino!
he llegado a tu método con cierto retraso. por obligación, en realidad. ya no caben, sencillamente: desafiar tal obviedad espacial implica el riesgo de acabar como homer langley. así que, estas últimas semanas, he renunciado a tantos libros como libros entraban en casa. y mi alergia al polvo, feliz.
ResponderEliminarsobre la cuestión tercera, me aprendería HAMLET. y haría un one man show interpretando a todos los personajes de la obra. y ahí tendríais ya motivo para encerrarme.
sólo un apunte más: coincido en que LAS CIUDADES INVISIBLES es una obra maravillosa...
Veo un futuro repleto de One Man Shows all over the world, con Milo haciéndose famoso gracias a su "Hamlet 3.0" conexión satélite y con opción sordomudos. Después harías el "no se vayan todavía" y en un momento mágico te transformarías en Lady Macbeth y harías toda esta obra también de pe a pa. Y luego a mí nos encerrarían en la misma celda...
ResponderEliminarA tí y a mi, vull dir.
ResponderEliminaryo sería una lady macbeth poco sexy y poco mala... aunque el sentimiento de culpa me quedaría la mar de sincero, eso sí... :P
ResponderEliminarah, me pido la litera de abajo...
He dormido 19 años en la parte de arriba, no prob.
ResponderEliminarYo me aprendería "Moby Dick".
ResponderEliminarhal 9001
Mmm...mejor "Pierre o las ambigüedades", pero no, no me aprendería nada de Melville. Por largo, claro.
ResponderEliminarQuizá me aprendería "Esperando a Godot", qué demonios!