Corría el año 1973, y al consultorio de la Srta. Babs del periódico local de Santa Cruz (California), se enviaban cartas como ésta:
"Querida Babs, desde que su padre nos abandonó hace cuatro años, mi hijo se ha convertido en un delincuente juvenil. Me pega y me insulta. Tiene 16 años pero me dobla en estatura. Querría llamar a la policía, pero, dios mío, se trata de mi propio hijo. ¿Qué debo hacer? Una madre asustada."
Y la respuesta de la Srta. Babs fue:
"Querida madre asustada: debe examinar su problema con objetividad. Charles Manson también fue hijo de alguien, y eso no quiere decir que no deba estar entre rejas o algo peor. Entregue esa pequeña bestia a la policía y olvídese de él. Sus obligaciones como madre quedan canceladas desde el momento que él la golpeó."
Fuente: "Poder Freak. Una crónica de la contracultura. Vol. 1", de Jaime Gonzalo.
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