lunes, 12 de abril de 2010

The Way Young Lovers Do




Abrimos nueva sección. Canciones que molan. Que me molan. A Otto le apetece desmenuzar canciones que por un motivo u otro le han marcado. Canciones que ha escuchado en mil ocasiones y que siempre están ahí, esperando refugiarse en ellas. Canciones reconfortantes, importantes, canciones beyond good and evil. “The Way Young Lovers Do”, de Van Morrison. Quede dicho que no soy fan del irlandés. Tengo tres discos suyos y poco más. Su voz me acostumbra a cansar cuando llevo escuchados ya cuatro temas. Es demasiado nasal para mi gusto, aunque sus registros y su estilo están fuera de toda duda, eso sí.

La canción per se: Incluida en el disco “Astral Weeks” (1968), esta canción no se asienta en acordes de guitarra ni tiene una estructura típica del rock o el pop (ritmo 4/4 en la batería). La frase del contrabajo -en manos del veterano músic Richard Davies- es totalmente jazzística, y el ritmo del batería es 3/4. Si alguien quiere leer esta entrada escuchando la canción, mucho mejor. O quizá mucho mejor escuchar primero la canción y luego -si hace falta (que no la hace)- leer esta reseña. ¿Sí? ¿Ya? Increíble, ¿no? ¿Qué ha sonado primero? Unos acordes de guitarra con un vibráfono. Luego entra Morrison y el baterista empieza darle a la caja mientra el contrabajo se marca unas lineas realmente alucinantes y el vibráfono sigue acompañando. También una tímida sección de metales anticipa unos arreglos, y unos violines de otro mundo van marcando cada final de frase. Llegamos al segundo 35 y la sección de vientos se marca un arreglo majestuoso, un subidón que dice “cuidado, este tema no es un tema habitual”. Y se pone la piel de gallina porque sabes –uno sabe cuando algo grande está a punto de llegar- que la eclosión es inminente. Llegamos al segundo 40 y los vientos vuelven a pegar un aviso. Llega, llega. ¡Plash! Entre el segundo 53 y el 56 se genera un impass, un semi vacío de contenido -es un decir- que da paso a la magia pura: segundo 57: llega lo que diríamos que es el estribillo, el momento en que toda canción debe acabar de engancharte -si no lo ha hecho ya- el clímax con los violines y la voz de Morrison diciendo “Then we sat on our own star and dreamed of the way that we were and the way that we were meant to be then we sat on our own star and dreamed of the way that i was for you and you were for me”. Bufffffffffff. Y uno se queda congelado en la silla pensando: “¿Esto se puede superar?” Y Van Morrison y sus músicos te dicen in your face: “SÍ, escucha esto, palurdo”. Y sin haberte podido recuperar de esos violines y esas trompetas de otra galaxia llega (minuto 1´21´´) la frase: “and then we danced the night away and turned to each other, say, 'i love you, i love you'// the way that young lovers do”, que Morrison acomete con más fuerza todavía, como para rematarte, como para constatar que sí, que cuando los amantes se declaran su amor (llámenme cursi) todo lo demás es silencio. Hay que decir que mientras el irlandés suelta estas mismas frases, el contrabajo hace unos contratiempos jazzy que no todo el mundo entiende. Es muy free-style, su momento “absolutely free”, y es cierto que puede parecer algo raro, pero yo pienso que es sublime. Llega el 1´41´´ y Morrison y la trompeta improvisan un solo, cada uno a su manera y sin pisarse. Para los más avezados, aviso que aparece también una flauta travesera maravillosa, soltando notas y mini arreglos ciertamente bonitos. Luego se vuelve al estribillo, repetición, y final con apoteosis de la sección de viento y acabado en fade out. Tres minutos y diecisiete segundos de pura gloria. Orgasmatrón.

Mis cosas: Este es un tema inusual, lleno de magia y misterio, una canción turbadora que suele gustar más a los músicos que a los que no lo son. Su letra es algo inocente, pero estoy convencido que es a sabiendas. Como si un teenager la hubiera compuesto, como si se quisiera describir -con la poética inflamada de los 16 años- el torbellino de emociones que se viven al enamorarse a esa edad. ¿El tema va sobre hacerse mayor? Eso se lee por ahí. No sé, sí, quizá también, pero da igual.

Recepción: El crítico Greil Marcus dijo en un nº de la revista Rolling Stone allá por 1969 que “Astral Weeks” era un disco intocable, indiscutible, pero con un tema que no encajaba, un tema jazzy que vivía por sí mismo, una especie de “A Day In The Life” de los Beatles. Ya sabéis de qué canción hablaba. Ya se sabe que Otto odia las versiones, pero las pocas que se han hecho de este tema todavía más. Es muy difícil lograr captar el feeling de esta canción si vas con banda, incluso si la interpretas en solitario, a guitarra y voz. Jeff Buckley lo intentó y es lo más parecido a “correcto” que he escuchado al enfrentarse a la mencionada canción.

Los músicos que participan en este tema son: Van Morrison (guitarra y voz), Richard Davis (contrabajo), Connie Kay (batería), Barry Conrfeld (guitarra), John Payne (flauta), Warren Smith jr (percusión y vibráfono), Larry Fallon (teclados). No se menciona la sección de vientos: craso error.

Y la letra completita es:

We strolled through fields all wet with rain

and back along the lane again

they were the sun shine
in the sweet summertime
the way that young lovers do
I kissed you on the left once more
and we said goodbye by the door in the nighttime
yeah, that's the right time
to feel the way that young lovers do
Then we sat on our own star and dreamed of the way that we were and the
way that we were meant to be
then we sat on our own star and dreamed of the way that i was for you
and you were for me
and then we danced the night away
and turned to each other, say, 'i love you, i love you'
the way that young lovers do
Do, do, do, do...
Then we sat on our star and dreamed of the way that we were and the way
that we wanted to be
then we sat on our own star and dreamed of the way that i was for you
and you were for me
i went on to dance the night away
and turned to each other, say, 'i love you, baby, i love you'
the way that young lovers do, lovers do, lovers do
Do, do, do, do....

5 comentarios:

  1. ¡plas, plas, plas! sublime tú, Otto. Por otra parte, esta es mi segunda canción favorita de Morrison (y yo sí que soy muy fan), aunque la primera no es tan buena como esta.

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  2. Thanks, anónima de Chamberí. Lo que me lleva a preguntar cuál es tu primera canción favorita del irlandés. Déjalo, ya lo sé. Creo.

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  3. la canción es preciosa, sí señor

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